sábado, 24 de enero de 2015

ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS DÍA 7


DÍA 7

TESTIMONIO
« Dame de beber » (Juan 4, 7. 15)

Números 20, 1-11Los israelitas en Meribá
Salmo 119, 10-20« No he de olvidar tu palabra »
Romanos 15, 2-7« Ojalá que Dios…les conceda a ustedes vivir en mutua armonía »
Juan 4, 7-15« Dame de beber »
Comentario
Los cristianos deberían tener confianza de que el encuentro y el intercambio de experiencias con los demás, también con otras tradiciones religiosas, nos puede cambiar y ayudar a ahondar en las profundidades del pozo. Acercarnos a los que son extraños para nosotros con el deseo de beber de su pozo, nos abre a las « maravillas de Dios » que proclamamos.

En el desierto el Pueblo de Dios no tenía agua y Dios mandó a Moisés y a Aarón que sacaran agua de la roca. Del mismo modo, Dios frecuentemente viene al encuentro de nuestras necesidades a través de los otros. Mientras clamamos al Señor en nuestra necesidad como la mujer samaritana: « Señor, dame de esa agua », quizás el Señor ya ha respondido a nuestras oraciones poniendo en las manos de nuestros vecinos lo que andamos buscamos. Por eso tenemos que dirigirnos también a ellos y decirles: «dame de beber».

A veces lo que necesitamos ya está presente en la vida y en la buena voluntad de las personas que están a nuestro alrededor. Del pueblo guaraní de Brasil aprendemos que en su lengua no existe un término equivalente a «religión» como algo separado de la vida. La expresión que se suele utilizar significa literalmente «nuestro modo bueno de ser» (ñande rekokatu). Esta expresión hace referencia a todo su sistema cultural que incluye también la religión. La religión, por tanto, es parte integrante del sistema cultural guaraní, como también de su modo de pensar y de ser (teko). Está relacionada con todo lo que mejora y hace progresar a la comunidad y conduce a su «modo bueno de ser» (tekokatu). El pueblo guaraní nos recuerda que el cristianismo al principio se llamaba «el camino» (Hechos 9, 2). «El camino», o «nuestro modo bueno de ser» es el modo que Dios tiene para traer armonía a todas las parcelas de nuestras vidas.

Preguntas
1. ¿De qué manera ha sido enriquecida tu comprensión y tu experiencia de Dios por medio del encuentro con otros cristianos?
2. ¿Qué podrían aprender las comunidades cristianas de la sabiduría indígena y de las otras tradiciones religiosas en tu región?


viernes, 23 de enero de 2015

ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS DÍA 6

TESTIMONIO 
Jesús dijo: « Esa agua se convertirá en su interior en un manantial capaz de dar vida eterna » (Juan 4, 14)

Éxodo 2, 15-22Moisés junto al pozo de Madián
Salmo 91El canto de los que se refugian en el Señor
1 Juan 4, 16-21El auténtico amor elimina el temor
Juan 4, 11-15« Un manantial capaz de dar vida eterna »

Comentario
El diálogo que empieza con Jesús pidiendo agua se convierte en un diálogo en el que Jesús promete agua. Más adelante, en este mismo evangelio, Jesús pedirá de nuevo agua. « Tengo sed », dirá desde la cruz, y desde la cruz Jesús se convierte en el manantial de agua prometido que brota de su costado abierto. Recibimos esta agua, esta vida de Jesús, en el bautismo, y se convierte en un agua, en una vida, que surge de dentro de nosotros para ser dada y compartida con los demás.
Este es el testimonio de una mujer brasileña que ha bebido de esta agua y en quien esta agua se convierte en un manantial:
La hermana Romi, una enfermera de Campo Grande, era pastora de la tradición pentecostal. Un domingo por la noche, sola en una choza, una niña indígena dio a luz a un niño. Se la encontró echada en el suelo perdiendo sangre. La hermana Romi la llevó al hospital. Allí le hicieron preguntas: ¿dónde estaba la familia de Semei? La encontraron pero no quería saber nada de ella. Semei y su hijo no tenían ninguna casa a la que ir. La hermana Romi los llevó a su propia casa, un hogar humilde. No conocía a Semei y hay fuertes prejuicios hacia los indígenas en Campo Grande. Semei continuaba teniendo problemas de salud, pero la generosidad de la hermana Romi atrajo más generosidad de sus vecinos. Otra madre de pocos días, una católica de nombre Verónica, amamantó al hijo de Semei al no poder ella. Semei le dio a su hijo el nombre de Lucas Natanaél y con el tiempo pudieron irse de la ciudad a una granja, pero no se olvidó de la bondad de la hermana Romi y de sus vecinos.
El agua que da Jesús, el agua que recibió la hermana Romi en el bautismo, se convirtió en ella en un manantial de agua y un ofrecimiento de vida para Semei y su hijo. Estimulados por su ejemplo, esta misma agua bautismal se convirtió en un manantial, en una fuente, en la vida de los vecinos de Romi. El agua del bautismo capaz de dar vida se convierte en un testimonio ecuménico del amor cristiano en acción, una pregustación de la vida eterna que Jesús promete.
Gestos concretos como estos realizados por gente sencilla son los que necesitamos para crecer en la comunión. Dan testimonio del evangelio y de la importancia de las relaciones ecuménicas.
Preguntas
1. ¿Cómo interpretas las palabras de Jesús de que a través de él nos podemos convertir en « un manantial capaz de dar vida eterna » (Juan 4, 14)?
2. ¿Dónde ves a personas cristianas que son manantiales de agua viva para ti y para los demás?

3. ¿Cuáles son las situaciones de vida pública en las que las Iglesias deberían hablar con una sola voz para ser manantiales de agua viva?

jueves, 22 de enero de 2015

URGE


UNIDOS A JESUS


ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS DÍA 5

ANUNCIO
No tienes con qué sacar el agua y el pozo es hondo (Juan 4, 11)

Génesis 46, 1-7Dios le dice a Jacob que no tema bajar a Egipto
Salmo 133Qué agradable es que los hermanos vivan juntos
Hechos 2, 1-11El día de Pentecostés
Juan 4, 7-15« No tienes con qué sacar el agua y el pozo es hondo »
Comentario
Jesús necesitaba ayuda. Después de un largo camino, la fatiga se hace sentir. Extenuado y al calor del mediodía siente hambre y sed (Juan 4, 6). Para complicar más las cosas, Jesús es un forastero; es él el que no está en su tierra y el pozo pertenece al pueblo de la mujer. Jesús tiene sed y, como señala la mujer samaritana, no tiene con qué sacar el agua del pozo. Necesita agua, necesita su ayuda: ¡todos necesitamos ayuda!
Muchos cristianos piensan que solo ellos tienen las respuestas y que no necesitan ayuda de los demás. Perdemos mucho si mantenemos esta postura. Ninguno de nosotros puede alcanzar la profundidad del pozo de lo divino aunque la fe nos exige profundizar cada vez más en él. No podemos hacer esto aisladamente. Necesitamos la ayuda de nuestras hermanas y de nuestros hermanos cristianos. Solo así podemos alcanzar la profundidad del misterio de Dios.
Un dato común de nuestra fe, más allá de la Iglesia a la que pertenecemos, es que Dios es un misterio que trasciende nuestra comprensión. La búsqueda de la unidad de los cristianos nos hace reconocer que ninguna comunidad tiene todos los medios para alcanzar las profundas aguas de la divinidad. Necesitamos agua, necesitamos ayuda: ¡todos necesitan ayuda! Cuanto más crezcamos en la unidad, cuanto más compartamos nuestros cántaros y unamos los extremos de nuestras cuerdas, más ahondaremos en el pozo de la divinidad.
Las tradiciones indígenas brasileñas nos enseñan a aprender de la sabiduría de los mayores y, al mismo tiempo, de la curiosidad y la inocencia de los niños. Cuando estamos preparados para aceptar que nos necesitamos unos a otros, nos volvemos como niños, dispuestos a aprender. Y es este el modo como el Reino de Dios se abre para nosotros (Mateo 18, 3). Tenemos que hacer lo que hizo Jesús. Tenemos que tomar la iniciativa de entrar en tierra extranjera y volvernos un forastero y cultivar el deseo de aprender de lo que es diferente.
Preguntas
1. ¿Te acuerdas de alguna ocasión en la que tu Iglesia ayudó a otra o fue ayudada por otra Iglesia?

2. ¿Existen reservas por parte de tu Iglesia a la hora de aceptar la ayuda ofrecida por otra Iglesia? ¿Cómo se pueden superar estas reservas?

miércoles, 21 de enero de 2015

ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS. DÍA 4

RENUNCIA
La mujer, por su parte, dejó allí el cántaro (Juan 4, 28)

Génesis 11, 31-12, 4Dios promete convertir a Abrán en una gran nación y una bendición para otros
Salmo 23El Señor es mi pastor
Hechos 10, 9-20« Lo que Dios ha purificado, no lo consideres tú profano »
Juan 4, 25-28« La mujer, por su parte, dejó allí el cántaro »
Comentario
El encuentro entre Jesús y la mujer samaritana muestra que el diálogo con el que es diferente, con el extranjero, el desconocido, pueda dar vida. Si la mujer hubiese seguido las normas de su cultura se hubiera ido cuando vio a Jesús acercarse al pozo. Ese día, por alguna razón, no siguió las normas establecidas. Tanto ella, como Jesús, rompieron con el patrón de conducta establecido. A través de este « romper moldes » nos muestran una vez más que es posible construir nuevas relaciones.
Mientras Jesús lleva a término los planes del Padre, la mujer samaritana, por su parte, deja el cántaro de agua, significando que ella ya podía ir más allá, que no estaba limitada al papel que le había impuesto su sociedad. Es la primera persona en el evangelio de Juan que proclama a Jesús como el mesías. « Romper moldes » es una exigencia para aquellos que quieren hacerse más fuertes y sabios en su fe.
Que la mujer samaritana dejara su cántaro indica que ha encontrado un don mejor, un bien mayor que el agua que vino a buscar, y un lugar mejor en el que estar en su comunidad. Reconoce el don mayor que el judío extranjero, Jesús, le está ofreciendo.
Es difícil para nosotros encontrar valor, reconocer como un bien o también como algo sagrado lo que pertenece a otro. Sin embargo, reconocer el don que pertenece a otro como algo bueno y sagrado es un paso necesario hacia la unidad visible que buscamos.
Preguntas
1. Encontrarnos con Jesús exige que dejemos atrás nuestros cántaros, ¿cuáles son para nosotros esos cántaros?

2. ¿Cuáles son los obstáculos mayores que nos impiden hacerlo?

martes, 20 de enero de 2015

PAZ EN EL MATRIMONIO


ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS DÍA 3

DÍA 3DENUNCIA - II
« No tengo marido » (Juan 4, 17)

2 Reyes 17, 24-34Samaría conquistada por Asiria
Salmo 139, 1-12« Señor, tú me sondeas y me conoces »
Romanos 7, 1-4« Por la muerte corporal de Cristo, han muerto a la ley »
Juan 4, 16-19« No tengo marido »
Comentario
La mujer samaritana contesta a Jesús: « No tengo marido ». Ahora el tema de conversación es la vida marital de la mujer. Hay un cambio en lo que se refiere al contenido del diálogo – del agua al marido. « Vete a tu casa, llama a tu marido y vuelve acá » (Juan 4, 16), pero Jesús sabe que la mujer ha tenido cinco maridos y que ese con el que ahora vive no es su marido.
¿Cuál es la situación de la mujer? ¿Había pedido su marido el divorcio? ¿Era viuda? ¿Tenía hijos? Surgen espontáneas estas preguntas al leer el relato. Sin embargo, parece que Jesús tenía interés en una dimensión distinta de la vida de la mujer: es consciente de la situación de la mujer pero permanece abierto a ella, a encontrase con ella. Jesús no se detiene en una interpretación moral de la respuesta de la mujer sino que parece querer llevarla más allá. Y como resultado de ello la actitud de la mujer hacia Jesús cambia. En este momento los obstáculos de las diferencias culturales y religiosas se desvanecen en el fondo para dar cabida a algo mucho más importante: un encuentro confiado. El comportamiento de Jesús en esta situación nos permite abrir nuevas ventanas y formular algunas preguntas, preguntas que desafían las actitudes que denigran y marginan a las mujeres; y preguntas sobre las diferencias que consentimos que obstaculicen el camino hacia la unidad que buscamos y por la que oramos.
Preguntas
1. ¿Cuáles son las estructuras de pecado que podemos encontrar en nuestras comunidades?
2. ¿Cuál es el lugar y el papel de las mujeres en nuestras Iglesias?

3. ¿Qué pueden hacer nuestras Iglesias para prevenir y reprimir la violencia dirigida contra las mujeres y las niñas?

lunes, 19 de enero de 2015

ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS DÍA 2

DENUNCIA – I
Fatigado del camino, se sentó junto al pozo (Juan 4, 6)

Génesis 29, 1-14Jacob y Raquel junto al pozo
Salmo 137¿Cómo cantaremos un canto al Señor si estamos en tierra extraña?
1 Corintios 1, 10-18Anda diciendo cada uno de ustedes: « Yo pertenezco a Pablo », « yo a Apolo »
Juan 4, 5-6 Jesús estaba «fatigado del camino»
Comentario
Jesús había estado en Judea antes de encontrarse con la mujer samaritana. Los fariseos habían comenzado a difundir el rumor de que Jesús bautizaba a más discípulos que Juan. Quizás este rumor había causado cierta tensión y malestar. Puede que esto es lo que estaba detrás de la decisión de Jesús de marcharse.
Al llegar al pozo, Jesús decide detenerse. Estaba fatigado del camino. Su fatiga puede que tenga que ver también con los rumores que se habían difundido. Mientras descansa, una mujer samaritana se acerca al pozo para sacar agua. Este 25
encuentro tuvo lugar en el pozo de Jacob: un lugar lleno de simbolismo para la vida y la espiritualidad del pueblo de la Biblia.
Comienza un diálogo entre Jesús y la samaritana sobre el lugar del culto. « ¿Es en este monte o en Jerusalén? » pregunta la mujer samaritana. Jesús contesta: « no tendrán que subir a este monte ni ir a Jerusalén…los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad » (Juan 4, 21-24).
Sigue aconteciendo que en vez de una búsqueda común de la unidad, las relaciones entre las Iglesias estén marcadas por la competencia y la disputa. Esto ha sido lo que ha pasado en Brasil en los últimos años. Las comunidades ensalzan sus propios méritos y las ventajas que consiguen sus adherentes con la finalidad de atraer nuevos miembros. Algunos piensan que cuanto más grande es la Iglesia, cuanto más grande es el número de sus miembros, más grande es su poder y más cerca está de Dios, presentándose a sí mismos como los únicos verdaderos adoradores. Como consecuencia de ello ha habido violencia y falta de respeto hacia otras religiones y otras tradiciones. Esta especie de marketing competitivo crea a la vez un clima de sospecha entre las Iglesias y una falta de credibilidad del cristianismo en su conjunto en la sociedad. Al crecer la competencia la «otra» Iglesia se vuelve una enemiga.
¿Quiénes son los verdaderos adoradores? Los verdaderos adoradores no consienten que una lógica de la competencia – quién es mejor y quién es peor – contamine la fe. Necesitamos « pozos » para recostarnos, descansar y abandonar las disputas, la rivalidad y la violencia; lugares donde podamos aprender que los verdaderos adoradores rinden culto «en espíritu y en verdad».

Preguntas
1. ¿Cuál es la razón principal para la competencia entre nuestras Iglesias?
2. ¿Somos capaces de encontrar un « pozo » común en el que podamos recostarnos y descansar de nuestras disputas y rivalidades?

sábado, 17 de enero de 2015

ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS DÍA 1

http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/weeks-prayer-doc/rc_pc_chrstuni_doc_20140611_week-prayer-2015_sp.html
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